top of page

Muñoz Ledo, el arquitecto de la CDMX

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ciudad de México.-  A sus 82 años, Porfirio Muñoz Ledo, hombre de izquierda y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cumplió con su cometido: convertir al Distrito Federal en Ciudad de México.

 

El esfuerzo que empujó desde 1988 con la creación de un partido de izquierda para lograr en 1997 que la capital del país tuviera elecciones libres de jefe de Gobierno y en 2000 de jefes delegacionales, se consumó tras casi 20 años de lucha.

 

¨¡No está fácil, no está fácil!”, fueron las palabras de Muñoz Ledo en 2012, cuando rindió protesta como el comisionado de la Unidad de la Reforma Política en el gobierno de Miguel Ángel Mancera.

 

El jefe de Gobierno lo había establecido como un compromiso, pero la responsabilidad estaba en la Federación y en el Congreso de la Unión, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es mayoría.

 

Dos años después, las Cámaras de Diputados y del Senado de la República aprobaron la reforma que recibió el aval de más de 17 congresos locales, mayoritariamente priístas, por lo que el presidente Enrique Peña Nieto la promulgó el 29 de enero pasado en Palacio Nacional.

 

“Es el renacimiento institucional de la Capital de la República”, celebró Muñoz Ledo al lograrse la Reforma Política de la Ciudad de México. La frase ya la había reiterado en la conmemoración del 97 aniversario de la Constitución Política Mexicana, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, frente a legisladores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

 

Cansado, con los achaques de la edad, Muñoz Ledo no echó abajo su compromiso para lograr que el gobierno de Mancera pasará a la historia como un “gobierno reformador”.

 

En cualquiera de los foros que ha participado, Porfirio Muñoz Ledo ha explicado que la última Reforma Política se trata del paso más importante, luego de que Cuauhtémoc Cárdenas fuera electo como el primer jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

 

En una charla ante periodistas, el ex diputado federal recordó que desde la izquierda se mantuvo durante dos décadas la presión para lograr la Reforma Política . Sin embargo, no sólo es triunfalista y ha reconocido como antidemocrática la Asamblea Constituyente, que creará la Constitución de la Ciudad de México, por tener 40 de los 100 integrantes designados por los Poderes Ejecutivos y Legislativo y el jefe de Gobierno.

 

“Le costó mucho trabajo al gobierno federal soltar la ciudad”, dijo ante las críticas de la misma izquierda a la Reforma Política.

 

No obstante, para Muñoz Ledo, es una batalla ganada. Y ahora se alista para la segunda parte: la elaboración de la Constitución Política de la Ciudad de México.

 

El constitucionalista acude a todos los foros y mantiene el debate: “No es un problema de opinión política, es una cuestión de mandato constitucional”, dice a todo aquel que considera la reforma una regresión de derechos conquistados en la capital y no cambia de posición ahora desde el grupo redactor de la Constitución que nombró el jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

 

LA AUTONOMÍA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

 

El 6 de diciembre del 2004, el entonces titular de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, Marcelo Ebrard, daba una explicación a los diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, sobre el linchamiento de tres agentes federales en San Juan Ixtayopan. Mientras rendía cuentas, el presidente de México, Vicente Fox, lo destituyó del cargo por considerarlo “incompetente”.

 

Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de Gobierno, no pudo más que acatar la orden. En el anterior régimen jurídico, el presidente de México tenía la facultad de remover a los titulares del gabinete de justicia.

Ahora, con la Reforma Política del DF, esto ya no se podrá repetir, a excepción de causas graves.

 

Un rasgo fundamental de la autonomía de la capital del país, es que ya tendrá Poderes Ejecutivos, Legislativo y Judicial, y forma parte del Pacto Federal.

 

De esta manera, el Congreso de la Ciudad podrá proponer reformas a la Constitución y aprobar todo cambio que se realice en la Carta Magna. Este cambio hizo obligatorio el reconocimiento de la Capitalidad y deberá contar por ley con recursos económicos para cumplir con esta característica. Este estatus lo había alcanzado Mancera con la creación del Fondo de Capitalidad por 3 mil millones de pesos anuales, pero que estaba sujeto a la negociación política.

 

LA CONSTITUCIÓN

A más tardar, en enero de 2017, la capital del país deberá contar con una  Constitución de la Ciudad de México. Su elaboración estará en manos de la Asamblea Constituyente integrada por 100 diputados: 60 serán electos el próximo 5 de junio, mientras que 40 serán designados. Por el Congreso de la Unión, 28; el presidente, designará seis; y el  jefe de Gobierno otros seis.

 

Uno de los cambios sustantivos será la transformación de las delegaciones en Alcaldías. Eso ocurrirá en 2018. El cambio es que pasarán de ser un poder unipersonal a un gobierno donde habrá Concejales que se espera sean el contrapeso de las decisiones de quien sea electo el titular de la demarcación.

 

Sin embargo, las demarcaciones territoriales tendrán limitado la autonomía financiera y en seguridad; es decir, no podrán cobrar el predial, ni adquirir deuda pública, y el mando de la policía seguirá concentrado en el gobierno de la Ciudad de México. Una ventaja será que podrán reelegirse hasta por dos periodos consecutivos.

 

Y es así como la Ciudad de México alcanzó su mayoría de edad, con el impulso férreo de la izquierda y con sus autores como el constitucionalista Porfirio Muñoz Ledo.

 

Publicado originalmente en:

 

http://www.capital-cdmx.org/2016/04/10/homepage-slider-454/

 

bottom of page