Constitución: el Estado al servicio de los derechos
Luis González Plascencia
El viernes pasado se dio a conocer al grupo de ciudadanas y ciudadanos que tendrá como propósito redactar el proyecto que propondrá el jefe de Gobierno como base para la nueva Constitución PolÃtica de la naciente Ciudad de México (CPCDMX). Sin duda, hay que reconocerle a Miguel Mancera que, por la altura moral de la mayorÃa de quienes lo conforman, este cuerpo redactor constituye un contrapeso necesario para equilibrar las desventajas que han quedado establecidas en la manera en la que se conformará la Asamblea Constituyente en junio próximo y donde el peso de los partidos es de un abrumador 94 %. La diversidad del grupo combina la experiencia de notables y muy reconocidos nombres, con las ganas de jóvenes activistas que, como es el caso de Lol Kin, Carlos Cruz o Aidé GarcÃa, han consagrado sus vidas por las agendas que representan y que dan cuenta de la diversidad identitaria y de estilos de vida cuya armonización tendrá que garantizar la CPCDMX.
Sin embargo, esta tarea va mucho más allá de lograr sólo la inclusión de una agenda ciudadana.
El grupo redactor tiene el desafÃo de lograr un documento jurÃdicamente robusto que defina una constitución que, por una parte, facilite la incorporación permanente de derechos, garantice su permanencia y, al mismo tiempo, dificulte la inclusión de normas que los limiten. No basta, por tanto, con el diseño de una estructura constitucional con un articulado sólido, es necesario garantizar una fisiologÃa que la haga funcional. Esta fisiologÃa debe conectar a la CPCDMX con las normas secundarias, pero también y de modo fundamental, con los sistemas de protección nacional, regional e internacional de los derechos humanos; esta fisiologÃa debe vitalizar la interdependencia de los poderes como garantes de una soberanÃa reconocida solamente a la Constitución y, en ese sentido, articular al Estado para que esté al servicio de los derechos humanos, lo que significa en concreto, estar al servicio de las y los ciudadanos. Será necesario pensar el diseño institucional para incorporar órganos de control -por ejemplo un tribunal constitucional local- que garantice esa fisiologÃa de modo tal que no sólo la interpretación, sino la elaboración y aplicación de normas se dé siempre en un sentido que potencie los derechos y no en uno que los limite.
Un trabajo técnicamente riguroso en este punto dará perspectiva de derechos humanos a los regÃmenes que la constitución establezca en todas las materias que serán competencia de la CDMX, y la seguridad jurÃdica necesaria para procurar estabilidad polÃtica y social para los próximos cincuenta años.
Por ello, del grupo redactor -que es por ahora quien nos representa en el proceso- debemos exigir un elevado rigor técnico, una apuesta clara porque los derechos dominen la polÃtica, como garantÃa de que lo que logren no se venga abajo cuando el proyecto se discuta en la Asamblea Constituyente por criterios decisionistas, oportunistas, populistas o de cualquier otra Ãndole que desafÃe la estricta racionalidad que cabe a un Estado Constitucional de Derechos.
En otras palabras, asà como a Miguel Mancera tocó integrar un grupo redactor con elevada solvencia moral, al grupo le toca lograr un proyecto cuyo rigor técnico sea tal que limite en lo posible la discusión polÃtica en la Asamblea Constituyente sólo a decisiones que respondan a un criterio pro derechos.
Miguel Mancera ha dicho que quiere una Constitución ejemplar y en una cuidad como la nuestra, con una sociedad civil que ha sido portadora de múltiples vanguardias, ello no puede significar otra cosa que una Constitución mejor que la mejor constitución del paÃs, lo que significa superar, por la vÃa de los derechos, los lÃmites actuales de la Constitución General de la República y sortear con inteligencia y creatividad los candados que a ésta le han puesto los criterios jurisprudenciales que en sospechosa abdicación del derecho a favor de la polÃtica, la Suprema Corte de Justicia de la Nación le ha impuesto.
Publicado originalmente el 8 de febrero de 2016 en:
@LGlzPlacencia