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La Ciudad de México debe tener una perspectiva internacional que le permita conocer experiencias de la sociedad civil organizada en otras ciudades y así abrir las puertas al diálogo, aprendizaje e intercambio con otros actores”

 

 

Arq. Enrique Ortiz Flores

Coordinador de Proyectos Hábitat International

Coalition para América Latina.

Entrevista del 06-11-2014.

Diálogos para una CDMX Global

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soy Enrique Ortiz Flores, Arquitecto de formación, trabajo en la Coalición Internacional para el Hábitat, como Coordinador de Proyectos actualmente de la Oficina Regional para América Latina.

 

¿Cree usted que es importante una estrategia internacional para la Ciudad de México?

 

Es fundamental en estos tiempos de la llamada globalización básicamente económica. Nosotros pensamos en otro tipo de globalización que sea incluyente y no sólo basada en lo económico, sino que tome en cuenta los aspectos sociales, los aspectos culturales, la ayuda mutua, el intercambio. En esa perceptiva nos interesa que la Ciudad de México tenga una perspectiva internacional que pueda acercarse a las experiencias que están realizándose en distintas partes del mundo por parte de la sociedad civil organizada.

 

¿Cuáles usted considera que son los aportes que las relaciones internacionales de la Ciudad de México pueden dar?

 

En el campo nuestro, que haya un acercamiento con la sociedad civil organizada internacional. Nosotros hemos trabajado con la Ciudad de México una iniciativa que venía desde nivel internacional. La estuvimos trabajando desde Rio 92 en la Cumbre de la Tierra y hace referencia al tema de derecho a la ciudad - el Foro Nacional de Reforma Urbana, Brasil, lo pudo incorporar tanto en la constitución y lo propuso para ser trabajado en el marco del Foro Social Mundial - y a partir de aquí lo empezamos a estudiar como iniciativa de la sociedad civil organizada, con actores académicos, Ong`s, movimientos sociales, organizaciones de derechos humanos, etc., y se trabajó una carta mundial por el derecho a la ciudad. Esta carta fue retomada por el Movimiento Urbano Popular, y se negoció con el Gobierno de la Ciudad y se firmó en el 2010; la seguimos impulsando y es algo que se ha vuelto muy importante a nivel internacional, tanto en la parte académica, como el interés de los gobiernos por esta temática que ha salido en varios instrumentos como la Carta de Salvaguarda Europea de los Derechos humanos en las ciudades, que es una carta de derechos humanos en las ciudades o la Carta de Montreal que ve derechos y obligaciones o la definición del derecho a la ciudad en Ecuador.

 

 

Hay muchos elementos que se han ido logrando. También la ONU con lo que era IULA acaba de sacar una carta de derechos humanos. El derecho a la ciudad lo visualizamos como un derecho complejo y colectivo, que es una categoría distinta a otras cartas; éste es el concepto que se maneja en la Ciudad de México. Pensamos que cuando se hizo la reunión en México, se resaltó la importancia de esta temática y creo que el Gobierno de la Ciudad tomó un papel relevante. Nosotros decimos que una iniciativa de este tipo para que prevalezca y se establezca, necesita además reconocerse legalmente el derecho a la ciudad, que no se ha hecho.

 

El intercambio internacional de estos procesos es fundamental, nosotros tenemos relación con muchos países, somos una sociedad civil que trabaja con 350 organizaciones de otros países, sobretodo, de América Latina. Nos interesa que pueda haber esta relación con el Gobierno de la Ciudad y con otros gobiernos a través de iniciativas sociales para que podamos compartirlas.

 

Para que una carta de éstas prospere se necesitan dos cosas: una sociedad que no solamente pida, sino que proponga y que ensaye las cosas nuevas; y un gobierno que crea en la democracia participativa, con otro tipo de gobierno no es posible. Siempre estamos en un diálogo con el gobierno porque de ahí se da el marco que después permite hacer las cosas. Instrumentos de este tipo requieren no sólo de reconocimiento legal; que incluso estamos pidiendo su reconocimiento ante la ONU, eso implica la participación de los gobiernos, sino también el que podamos hacer que se instrumente, lo que implica instrumentos financieros, jurídicos, administrativos, fiscales y también de fomento de esta nueva manera de ver la Ciudad como un proceso complejo en que todo se interrelaciona con todo, que todo tiene que ver con todo, y que llevaría una estructura diferente de administración pública; que haya mucho más coordinación entre los sectores y una participación más fuerte de la sociedad como coordinadora de estos procesos. La ciudadanía sabe manejar la complejidad, mientras que las instituciones, los profesionales, la academia se maneja sectorialmente, entonces, la integralidad la crean las comunidades y esto implica la participación más abierta de los gobiernos.

 

Lo anterior es una de las cosas que actualmente nos preocupa. Estamos actuando con varios gobiernos, con la academia; FLACSO acaba de tomar esta temática como central, hay como 200 investigadores estudiando el tema, va a haber una reunión en Sao Paulo para revisar la carta mundial y ver cómo se impulsa a nivel internacional, y todo esto requiere relaciones con los gobiernos. Entonces, un Gobierno de nuestra Ciudad con una carta que es vanguardia, porque es la primera, debe entenderla como un derecho complejo y colectivo, pues estamos a la vanguardia y es necesario este diálogo. Los vemos como algo fundamental y lo mantenemos; la carta se hizo con participación y con el Gobierno de la Ciudad, y seguimos manteniendo esa relación a través de la Secretaría de Gobierno.

 

¿Cuáles serían sus recomendaciones para fortalecer más al Gobierno en la generación o en el impulso de estas estrategias de carácter internacional?

 

Yo creo que en este punto tiene que tomar un papel más activo el Gobierno de la Ciudad frente a esta temática y lo que trae consigo. Se requiere un diálogo más activo, más fuerte en el tema de la Ciudad. Para internacionalizar esto, se debe debatir a nivel internacional. Ahora viene una conferencia de la ONU y es la tercera conferencia cada veinte años, por lo cual es importante debatir el tema para poderlo impulsar en el Comité que ya se armó y que estamos presentes. Nos interesa que el Gobierno de la Ciudad tenga una presencia importante para un manejo más incluyente desde una perspectiva de derechos humanos, más universal, lo que nos llevaría a una inclusión de todos. Tenemos una visión crítica respecto a que la globalización sólo tenga en cuenta la dimensión económica; se necesita una inclusión de buena vida para todos. Es un punto clave y el gobierno debe tener interés en esto.

 

¿Qué mecanismos institucionales usted propondría para mejorar o para impulsar este diálogo activo entre sociedad civil y gobierno? ¿Cómo podría generarse ese espacio para fortalecer estrategias como la suya?

 

Espacios de diálogo y espacios no sólo de consulta; que éstos no sean sólo para legitimar lo que ya se decidió sino que realmente se pueda intervenir en las decisiones. En las decisiones no intervienen los que han participado. Es importante tomar como ejemplo el caso de los Ministerios de las Ciudades en Brasil que tiene temas que son de consulta, pero tiene otros que son deliberativos; los cuales el Gobierno los tiene que realizar y participan todos los movimientos sociales, la iniciativa privada, la academia, los gremios profesionales, etc y también está el gobierno. Nos faltan espacios en que podamos tener un diálogo de ese nivel, espacios deliberativos en que podamos tomar decisiones juntos para el trabajo en la Ciudad.

 

Para las relaciones internacionales creo que es más bien un acercamiento, un diálogo, generar espacios que no tienen que ser permanentes, pero que permitan fluir un intercambio entre los actores principales, y creo que ahí tenemos vinculación con los procesos nacionales, no sólo de embajadores, sino que hay un proceso nacional que elevamos a nivel internacional por esta estructura que tenemos de red internacional. Ahora estamos trabajando para ONU Hábitat, con diez o doce redes de otros países, lo cual permite articular propuestas mucho más interesantes, con experiencia de la gente que trabaja organizadamente en la producción del espacio público, de vivienda, de la ciudad. En estos temas se encuentran elementos muy avanzados que nos interesa intercambiar con los gobiernos.

 

¿Con qué aportes en específico usted podría contribuir con el Gobierno de la Ciudad de México, ya sea en diseñar o en fortalecer, o en sostener una estrategia internacional?

 

Con nuestros contactos, con nuestra red de contactos y con los documentos que esta red genera. Existen muchos documentos que están elaborados por miembros de nuestra visión y de otros grupos sociales, y son documentos que se conocen poco al igual que los planteamientos. Tenemos registro de algunos instrumentos que se han hecho, podemos compartirlos, etc.

 

Su sector ¿Qué requeriría del gobierno, además de espacios influyentes?, ¿Qué se requeriría hacer desde la Ciudad de México para seguir fortaleciendo procesos de internacionalización como el que están haciendo?

 

Que no se niegue que haya un sector social organizado; a veces con desprecio se le ve, a veces ni siquiera se le busca. Nosotros tenemos estatus consultivo con la ONU, tenemos relación con instancias de la ONU, no sólo con Hábitat, sino con derechos humanos, la UNESCO y con varios instrumentos y juntos podemos sumar fuerzas para algunos temas que nos interesan.

 

Debe manejarse con mucha flexibilidad este punto, no creo que la creación de instancias permanentes que tienden a burocratizarse sea lo que funcione más, ésto el gobierno lo puede calibrar y que tenga oído para los que lo vemos desde la sociedad, que podemos proponerle, que podamos debatir juntos y podamos llevar temas juntos.

 

 

Nosotros promovemos para Hábitat 3 que se reconozca el derecho a la ciudad. Estamos promoviendo que se le otorgue un papel más vigoroso a la inclusión social de vivienda que ya estaba en la agenda Hábitat anterior. En la que se hizo en Estambul había algunos artículos, pero no con la precisión que se necesita, y no con los apoyos que se necesitan. Otra temática fundamental se ha perdido en las dos últimas iniciativas de la ONU en las dos últimas conferencias, es el campo. La ciudad no es el futuro único del mundo, la sustentabilidad de nuestro planeta no acaba en el borde de las ciudades, tiene que ver con todo el territorio.

 

Se evidencia un despojo brutal de las tierras comunes en comunidades indígenas, de los bosques, del agua, de las fuentes de pesca y con la minería hay cuestiones graves en donde incluso violan derechos humanos. Vemos este olvido de la ONU y México no lo debería apoyar. Estamos en diálogo con Conavi que tuvo acercamiento al tema - que debe incorporarse a Hábitat 3 -, con la Asamblea de Ministros de América Latina en materia de asentamientos humanos y vivienda. No podemos marginar el campo porque algunos países tienen el 3% de la población trabajando ahí y dicen que no es importante. Creemos que es un error, son temas que nos interesan y que son prioritarios también para la Ciudad.

 

En el marco de su experiencia, ¿Cuáles son las ventajas comparativas de la Ciudad de México respecto a otras?

 

Creo que es una Ciudad muy vital. Cuenta con una intensidad bárbara y con una creatividad enorme que hay que reconocer; la creatividad de producir sus barrios, de apoyarlos, en vez de estarlos persiguiendo. La gente usa la calle para muchas cosas, cómo hacemos que se pueda hacer todo eso, que se pueda comercializar sin estorbar, esta expresión política, son cuestiones de una presencia fuerte de una sociedad vital que hay que reconocer y eso implica muchos cambios; a veces nos tragamos las recetas internacionales, el supuesto orden en el que quieren ponerse las cosas fuera de lo que es la sociedad mexicana. Nuestra sociedad tiene una energía y una creatividad y una riqueza en su gente formidable, que hay que reconocer y apoyar, que no podemos dejar de lado.

 

Es una Ciudad que por su magnitud está teniendo que ensayar nuevas cosas. No es lo mismo tener una de 1 millón de habitantes a ésta que en su área metropolitana ya son 20, y no podemos negar esa parte metropolitana de la Ciudad, tenemos que verla en su conjunto. Son retos impresionantes que tenemos para la movilización, si densificamos hay problemas. Tenemos que pensar cómo desalentar el que siga creciendo la Ciudad y generar otros lugares de crecimiento; esto implica pensar qué costos tiene, cómo se puede armar y tiene que ver con el regreso al campo de mucha gente, le hemos hecho imposible la vida en el campo a mucha gente, pero el campo es el que nos da de comer, entonces: ¿cómo relacionamos campo y la ciudad?. Hay temas interesantes que la Ciudad enfrenta porque tiene áreas de campo y de bosques, y ambas están siendo amenazadas. Nos interesan estos temas y que se lleven a discusiones internacionales en las que la Ciudad de México tenga posturas fuertes y claras de cómo manejarlos.

 

El manejo del agua es un gran problema, tenemos que aprender de otros países. La Ciudad está en un caso extremo, es la única Ciudad de más de diez millones de habitantes a más de dos mil metros de altura, entonces, es complicado traerla. Hay un ciclo perverso, traemos el agua de otras cuencas y destrozamos la vida de la comunidad de la zona, la contaminamos y la echemos del otro lado. Cómo hacemos para captar agua de lluvia, cómo analizar esa temática del agua en serio. Me parece que es un tema que podemos aportar al mundo, porque son muchas áreas que van a ir creciendo también en las alturas y que México tiene una experiencia muy fuerte desde la época prehispánica. Desafortunadamente rompimos todo lo que ellos habían hecho y empezaron inundaciones, empezaron problemas, ante lo cual cómo reponemos y hacemos un manejo racional del agua en nuestra Ciudad. Es un tema muy fuerte frente al que tenemos que aprender de otros lugares y aportar propuestas a otras ciudades del mundo.

 

¿Cuáles serían las ciudades, regiones o países con los que la Ciudad de México tendría que colaborar para darle respuestas a sus problemáticas?

 

Son las ciudades latinoamericanas donde hay más identidad; hay problemas semejantes en términos de la vivienda, del espacio público, hay muchas cosas comunes, muchas que podemos aprender unas de otras. A veces sólo lanzamos nuestra visión hacia las ciudades europeas, las cuales no tienen el tamaño de las nuestras y están distribuidas en el territorio; de eso debemos aprender, cómo distribuimos la población en el territorio. Tenemos que repensar el manejo del territorio lo que ya no es un problema de la Ciudad sino del País: cómo distribuimos la población en el territorio más racionalmente y aprendemos esto del contexto europeo, esta dispersión de ciudades que, salvo Londres, son manejables.

 

Ciudades del tamaño de la nuestra como Calcuta y Nueva Delhi y muchas ciudades de Asia, es donde hay intercambio en el cual podemos aportarle a ellas, qué experiencia tenemos de esto para evitar que les pase eso, al contar con experiencia de 60 años de urbanización. Ahora bien, tanto de ciudades africanas como de Asia podemos aprender muchas cosas.

 

Hay mucho que intercambiar en distintos temas; el metrobus es producto de un intercambio internacional, que ha sido tomado por ciudades de Brasil y por Bogotá. El lograr que este intercambio sea más sólido, más consistente - a veces siento que estas reuniones de la Minurbe son muy rígidas, mandan gente que no toma las decisiones -, más vital, que aborde más de temáticas, que sea más flexible, más actual, más de redes que de reuniones; que los ministros vienen después de que ya lo discutieron otros a decir que sí a todo. Por todo lo anterior es necesario hacer algo más creativo.

 

Si tomara una fotografía de esta Ciudad como la más representativa ¿Qué foto tomaría?

 

Los barrios populares se van a parecer mucho a otros del mundo, con la diferencia de que en otras ciudades de América Latina están hechos de ladrillo rojo y se ven más bonitos que con bloque gris. Nuestras ciudades las hemos vuelto grises por falta de apoyo, de asesoría técnica, de entender lo que la gente necesita; con un poco de dinero pueden pintarse las cosas y puede ser una Ciudad mucho más alegre. Y el tráfico intenso, fortalecer otros medios que no sea el auto, no seguir haciendo obras para los autos. Tenemos que pensar en otros caminos; se ha avanzado en transporte público, tenemos que ir más a fondo en el uso de las bicicletas y en el uso de las banquetas porque hemos quitado espacio a la gente para dárselo a los coches ¿cómo hacerlo al revés? Bogotá hizo eso, amplió las banquetas, sembró árboles y los niños pueden ir a la escuela en su bici.

 

Muchas gracias.

 

Soy el Arquitecto Enrique Ortiz, esto es Diálogos para una Ciudad Global.

 

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